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Texto Bíblico: Jeremías 18,1-6

“Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos: «Baja ahora mismo al taller del alfarero, y allí te haré oír mis palabras».

Yo bajé al taller del alfarero, mientras el trabajaba en el torno. Y cuando la vasija que estaba haciendo le salía mal, como suele pasar con la arcilla en manos del alfarero, él volvía a hacer otra, según le parecía mejor.

Entonces la palabra del Señor me llego en estos términos:¿No puedo yo tratarlos a ustedes, casa de Israel, como ese alfarero? –oráculo del Señor–. Sí, como la arcilla en la mano del alfarero, así están ustedes en mi mano, casa de Israel”.

¿Por qué el nombre “Jeremías”?

Yahvé llamó a Jeremías  para que fuese profeta ante Judá y ante todas las demás naciones en una época turbulenta. De entre numerosos profetas de su tiempo, ninguno como él supo dar pruebas de una gran sensibilidad  hacia el amor de Dios por su pueblo; y de un conocimiento profundo  de los deberes que el pueblo tenía en virtud de los vínculos de la Alianza.

La fidelidad a su vocación es una conquista cotidiana, que conoce dudas y crisis y que a veces pesa como una maldición, sobre todo cuando experimenta el silencio de Dios:¿Por qué mi dolor no tiene término y mi llaga incurable no quiere curar? (Jer 15,15.18; 20,7).

Su visita a la casa del alfarero nos expresa especialmente. Dios es el alfarero. El verbo utilizado es yasar (formar o modelar) que significa también crear y expresa la absoluta dependencia del hombre con respecto a Dios en el orden de la creación. El barro representa al hombre, y  deja claro que una vasija defectuosa puede ser remodelada, siempre que medie la conversión.

En el taller del alfarero el hombre (barro) es restaurado y llega a ser lo que Dios tenía en mente cuando lo comenzó a formar.

Nuestro equipo tiene mucho del profeta… trabajamos en un tiempo turbulento. Y trabajamos para restablecer la salud integral de los pastores (y futuros pastores), para que puedan sean verdaderamente sensibles al amor de Dios por su pueblo y a su inestimable vocación y misión.